Lo que está ocurriendo en Gaza no es solo una violación de derechos, es un genocidio en pleno desarrollo. Las declaraciones del ministro israelí Itamar Ben-Gvir, alentando a los palestinos a abandonar "voluntariamente" Gaza para reubicarse en otros países, nos muestran la crueldad y el desprecio por la vida y la historia de un pueblo entero. La Convención de Ginebra prohíbe cualquier tipo de traslado forzoso, y lo que estamos presenciando es un desplazamiento masivo bajo el disfraz de "migración voluntaria". La realidad es que se están violando sistemáticamente los derechos fundamentales de los palestinos, quienes son expulsados de su tierra, bombardeados y obligados a huir para sobrevivir.
El genocidio no se trata solo de los muertos, sino también de la aniquilación de una identidad, de un pueblo, de una historia. Gaza es el epicentro de un conflicto que busca borrar del mapa a una nación, mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado.
