Rufián es falso y oportunista, en Cataluña se le conoce bien, tiene una buena hemeroteca para sacarle los colores, pero sí, de vez en cuando dice grandes verdades, no lo niego.
Todos los diagnósticos parecen correctos. Aunque la política de trinchera no promueve el cambio de opinión entre los que apuestan por ella. Aquí, se trata de destruir al adversario y no aceptar nada de lo que de él provenga por muy bueno que sea para el conjunto de la sociedad. La derecha española carece de sentido de estado, tampoco siente ningún interés por los menos favorecidos ni por el desarrollo económico, intelectual, ético, científico, artístico, etc. del país.