- Las referencias bíblicas en los parlamentos del memorial del 'inlfuencer' ultra constata hasta que punto la religión ha ganado fuerza dentro de las bases MAGA.
Las reminiscencias a las misas evangelistas ya estaban allí cuando Donald Trump subió al escenario de Milwaukee y pronunció su primer discurso después de sobrevivir al atentado de Butler. Fue en ese punto donde los aires mesiánicos y las referencias a Dios empezaron a llenar los parlamentos del ahora presidente de Estados Unidos. Pero el funeral de Charlie Kirk celebrado el domingo en el State Farm Stadium fue una exhibición de la comunión entre el cristianismo ultraconservador y el movimiento trumpista. "Es un mártir de la libertad americana": la afirmación de Trump condensa el nuevo camino que el movimiento MAGA ha adoptado.
Los oradores de la ceremonia -que acabó siendo más bien un mitin político con algo de funeral, que no al revés- se esforzaron en enfatizar la imagen de Kirk como una especie de mártir moderno del cristianismo. Probablemente, uno de los conceptos más repetidos durante todos los discursos de los ponentes fue el del sacrificio. Incluso con paralelismos con la muerte de Jesús en la cruz para salvar a la humanidad. "El de Charlie no fue un asesinato, la palabra real para lo que hizo es sacrificio.[...] Charlie Kirk murió por todos vosotros", decía Jack Posobiec, un conocido activista ultra, con un perfil similar al de Kirk.
El secretario de Defensa -ahora rebautizado como secretario de "Guerra"- Pete Hegseth, también pronunció un discurso con una gran carga cristiana con la idea de la sangre de Jesús como aquella que lava los pecados. "Siempre necesitábamos menos gobierno. Pero lo que Charlie entendió e infundió en su movimiento es que también necesitábamos mucho más a Dios", dijo. Hegseth miró a los miles de personas que se amontonaban alrededor del estadio y añadió: "Me gusta pensar que todos estamos en la iglesia de Charlie".
"Debemos recordar que es un héroe para los Estados Unidos. Y es un mártir de la fe cristiana", afirmó el vicepresidente J. D. Vance. Hace un año, Vance explotó sus orígenes humildes en el Midwest para postularse como la voz de la clase obrera. Desde entonces, el vicepresidente ha ido virando hacia su lado más religioso, destacando más su fe católica y defendiendo la agenda del cristianismo ultraconservador.
Su intervención del domingo, mucho más religiosa que la del mismo Trump, ponía las bases para recabar el voto de todos los jóvenes cristianos que idolatraban a Kirk. Después del asesinato, Vance escoltó personalmente el cuerpo del activista y usó su avión oficial para trasladarlo desde Utah, donde fue asesinado, hasta Arizona.
Durante la campaña, la entonces candidata demócrata Kamala Harris ya describió a Vance como "un cambia formas" y "un tipo escurridizo". Que Vance haya abandonado el traje del redneck del viejo cinturón industrial para enfundarse en el de representante de una fe cristiana supuestamente hostigada en EEUU es síntoma de la transformación que se está viviendo dentro de las bases MAGA. Así como una manera de marcar perfil tibiamente de cara a las futuras presidenciales de 2028, donde volverá a ser igual de importante recabar el voto evangelista y cristiano.
El secretario de Estado, Marco Rubio, que en marzo apareció en una entrevista en la Fox con la cruz del miércoles de ceniza pintada en la frente, citó el pasaje evangélico de la muerte y resurrección de Jesús para homenajear a Kirk.
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