Radio Mirilla

¡Ojo! El rey dice que se forme a los vecinos para apagar los incendios, alucinante el tipo.

Desde la desaparición de la URRSS, la consigna oligárquica-ideológica occidental se basó en destruir todo vestigio del estado de bienestar europeo que había nacido como respuesta a la sociedad comunista o socialista para evitar algún tipo de levantamiento o simpatía por la ideología enemiga. En ese sentido, se viene construyendo un discurso que implica el total abandono del estado en todo aquello que tenga que ver con las necesidades ciudadanas.

En Inglaterra asistimos al desmantelamiento social, comenzado por la señora Thatcher, pasando por Tony Blair, que le pedía a su población hacerse cargo de la pobreza generada por el sistema capitalista, que si había gente con hambre fueran los vecinos los encargados de organizarse para ayudar a las personas menos favorecidas. Merkel, en Alemania, fue por el mismo rumbo. Y ahora tenemos que oír al señor Merz decir que se acabó el dinero para mantener el estado del bienestar alemán, mientras justifica el incremento del gasto militar en un 5% para armar a la OTAN al grito de "¡Vienen los Rusos!".

El discurso del rey sigue el mismo principio. No es una casualidad, sino una estrategia fabricada por los dueños del cortijo para convencer a los ciudadanos europeos que eso de tener educación, salud y servicios sociales de todo tipo ya no debe ser una cuestión de estado (de ahí el fundamento y defensa de la "globalización" y el corporativismo oligopólico), sino que debe entrar al sistema habitual de lucro para entregarlo a los privados, es decir, a los mismos de siempre. En el caso español, este regalo se haría a los amiguetes de la corona y al círculo empresarial que decide el destino del país desde el palco de cierto estadio de fútbol.

El sistema "social" del capitalismo, tal y como se entiende en la actualidad, es: sálvese quien pueda.