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Gestada en un vientre de alquiler

Publicado: Junio 2, 2025, 12:51 pm
por Daro
Nació por gestación subrogada y ahora es activista contra esa práctica: “Las voces de niños y niñas deben estar en el centro”
  • Maurel acaba de publicar el libro ‘Where are you Mommy?', que pronto estará disponible en español, en el que reflexiona sobre su condición y denuncia el coste humano derivado de los vientres de alquiler
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Olivia Maurel (Louisville, Kentucky, 1991) es una mujer feminista con nacionalidad suiza, francesa y americana. Nació por gestación subrogada y actualmente es activista contra esta práctica. Ha pronunciado discursos en sedes parlamentarias de distintos países, y en organismos internacionales, denunciando en primera persona lo que supuso para ella ser una “bebé subrogada”. Acaba de publicar un libro, ‘Where are you Mommy?’, que pronto se traducirá al español. Con él quiere llegar “a las mujeres pobres que están pensando en convertirse en vientres de alquiler” y concienciar sobre las consecuencias que puede tener para todas las partes implicadas.

Como una de las primeras personas nacidas por gestación subrogada en hablar públicamente sobre su caso, es interesante escuchar su voz. ¿Cree que todas las partes deben ser tenidas en cuenta en este debate, incluyendo a niños y niñas?

Absolutamente. De hecho, esa es exactamente la razón por la que hablo. Durante demasiado tiempo, las voces de los niños nacidos por subrogación han sido excluidas de la conversación, como si fuéramos solo el subproducto de un acuerdo, no seres humanos completos con derechos, sentimientos e historias. Todo el mundo habla de nosotros y nosotras, pero muy pocos nos preguntan.

¿Qué perspectiva pueden aportar los niños y niñas –hoy adultos y adultas–, en esta reflexión?

Creo que toda voz importa en este debate, pero especialmente las de los niños y niñas que han vivido las consecuencias de primera mano. Somos nosotros los que podemos hablar de los conflictos de identidad, el trauma de separación, el borrado legal de nuestras madres y las verdades incómodas que a menudo se pasan por alto en nombre del “amor” o la “elección”. Ignorar nuestras voces significa ignorar la realidad. Si queremos una conversación honesta y ética sobre la subrogación, entonces sí, las voces de los niños deben estar en el centro de ella.

¿Cómo es la infancia después de nacer por gestación subrogada? ¿Y en qué momento conoció su origen?

Es complicada, porque a menudo comienza con una mentira o un secreto. En mi caso, nadie me dijo la verdad mientras crecía. Siempre sentí que algo no estaba bien, como si hubiera una herida invisible que no podía explicar. No fue hasta que tuve 30 años, a través de una prueba de ADN que me regaló mi suegra, que descubrí la verdad sobre mis orígenes. Nunca había sospechado específicamente de la subrogación, pero siempre tuve un profundo sentimiento de abandono y confusión sobre quién era y de dónde venía. Ese tipo de silencio crea un vacío en tu identidad. Creces queriendo a tu familia, pero sin conocerte realmente a ti misma. Y cuando la verdad sale a la luz, es como si toda tu base se resquebrajara, porque te das cuenta de que tu historia, tu nacimiento, tu identidad, fueron decididos y ocultados por otras personas. Así que la infancia, en ese contexto, consiste en crecer con un dolor invisible.

En su caso pudo contactar con su madre biológica. ¿Pudo preguntarle sus razones para gestar para otros?

Sí, pude hablar con mi madre biológica. Fue una conversación profundamente emocional y dolorosa. Ella me dijo que se convirtió en vientre de alquiler poco después de perder a uno de sus propios hijos en un accidente doméstico. Estaba sufriendo, vulnerable y luchando para mantener a los cuatro hijos que le quedaban. No podía encontrar un trabajo estable y estaba desesperada. Me contó que creía que Dios le había dado una misión: darle un hijo a una familia que no podía tener uno, porque a ella le habían quitado uno. Pero detrás de ese razonamiento espiritual había una realidad mucho más dura: lo hizo porque necesitaba el dinero para sobrevivir. Tomó la decisión desde el dolor y la desesperación económica, no por verdadera libertad o empoderamiento. Y eso es lo que la gente necesita entender sobre la subrogación: que se aprovecha de las mujeres en su momento más frágil, disfrazando la desesperación como generosidad. Ella me dio a luz y nunca me volvió a ver. Sin fotos, sin información, solo silencio. Eso no es amor. Eso no es elección. Eso es pérdida. Y escucharlo de ella confirmó todo lo que he estado diciendo públicamente: la subrogación no es una situación en la que todos ganan. Es una transacción con profundos costes humanos.

¿Cómo le afectó personalmente el hecho de haber nacido por subrogación?

Haber nacido por subrogación ha afectado cada parte de quién soy: mi identidad, mi salud mental, mi sentido de pertenencia. Desde muy joven, llevé este profundo sentimiento de abandono, aunque no podía explicarlo en ese momento. Me sentía desconectada, como si me faltara una parte. Y resulta que así era: me faltaban mi madre, mis orígenes, mi verdad. Cuando finalmente supe la verdad a mis 30 años, todo comenzó a tener sentido, pero también fue devastador. Había estado viviendo una vida construida sobre una mentira. Mi certificado de nacimiento real, el que tenía el nombre de mi madre biológica, estaba sellado. Se creó uno falsificado para borrarla y reemplazarla por la “madre de intención”. Ese robo de identidad es algo por lo que todavía lucho hoy. La subrogación no solo me dio la vida, la fragmentó. Creó una ruptura que no elegí, una separación que no consentí y un dolor de por vida que llevo hasta el día de hoy. Y por eso hablo. Porque detrás de las narrativas brillantes de “amor” y “regalo”, hay niños y niñas como yo: heridos, buscando y tratando de dar sentido a una historia que fue escrita sin nosotros.

Desde su posición de activista, defiende el derecho de todas las personas a conocer sus orígenes. ¿Por qué es importante?

Porque saber de dónde venimos es una parte fundamental de saber quiénes somos. No es un lujo, es un derecho humano básico. Cuando naces por subrogación, especialmente en un sistema que sella tu certificado de nacimiento real y reemplaza a tu madre con un “padre intencional” contractual, tu identidad es legalmente borrada. Eso no es solo papeleo, es una violación de tus derechos. Toda persona tiene derecho a saber quién le dio la vida, a entender sus raíces biológicas, su historial médico, su historia. Negar eso no es amor, es control. El derecho a la identidad está consagrado en la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño. Pero en la subrogación, se ignora por sistema. Los niños son tratados como productos, no como personas con derechos. Por eso lucho, por el derecho de cada niño a conocer sus orígenes, a reclamar su historia y a ser más que una transacción en un contrato.

¿Debería esto aplicarse también a técnicas de reproducción asistida, como las personas nacidas mediante donación de esperma, óvulos o embriones?

Mi batalla es solo la subrogación, no hablo de técnicas de reproducción asistida.

Uno de los puntos de inflexión con este tema fue enfrentar su propia maternidad: ha contado públicamente que sintió miedo de transmitir enfermedades hereditarias a sus hijos al no conocer su historial médico. ¿La maternidad le hizo conectar más profundamente con su identidad?

Absolutamente. Convertirme en madre fue un gran punto de inflexión para mí, sacó a la superficie todo lo que había enterrado. De repente, no solo estaba viviendo con las consecuencias de no conocer mis orígenes, sino que mis hijos podrían pagar el precio también. No tenía acceso a mi historial médico completo. No sabía qué enfermedades eran comunes en mi familia biológica, qué riesgos genéticos podría estar portando. Recuerdo pasar miedo durante mis embarazos, preguntándome si estaba transmitiendo algo sin saberlo. Ese miedo era constante y era profundamente injusto, no solo para mí, sino también para mis hijos.

¿Cuál sería su propuesta para abordar la subrogación desde un punto de vista legislativo?

Mi propuesta es clara: necesitamos la abolición universal de la subrogación, no solo la regulación, sino la prohibición total. La subrogación, ya sea comercial o “altruista”, siempre tiene la misma injusticia en su raíz: convierte los cuerpos de las mujeres en mercancías y trata a los niños como objetos que se pueden pedir, pagar y entregar.

¿Habría que prohibirla a nivel nacional y también internacional?

La subrogación es un mercado global. Sin una acción nacional e internacional, simplemente se traslada el problema a donde las mujeres son más vulnerables y las leyes son más débiles. Como portavoz de la Declaración de Casablanca, trabajo junto a una coalición internacional de abogadas, académicas, supervivientes y activistas que piden un tratado internacional vinculante que prohíba la subrogación en todas sus formas. Pero para llegar a eso, también necesitamos leyes nacionales sólidas, leyes que no solo prohíban la subrogación en el propio territorio de un país, sino que también prohíban que los ciudadanos exploten a las mujeres y compren niños en el extranjero.

Un ejemplo perfecto es Italia, que recientemente aprobó una legislación innovadora: si un ciudadano italiano encarga una subrogación en el extranjero y regresa con un niño, se arriesga a hasta dos años de prisión y una multa de un millón de euros. Este es exactamente el tipo de ley nacional que necesitamos, una que realmente defienda los derechos de las mujeres y los niños, tanto en casa como más allá de las fronteras.

En España, la gestación está prohibida, pero hasta hace poco los bebés terminaban siendo registrados, una opción que se acaba de endurecer con una nueva instrucción. ¿Qué piensa de esta medida?

Me parece un gran paso adelante, porque el gobierno español ahora se niega a permitir que la mera voluntad de los adultos anule la filiación original de un niño. Agradecemos al gobierno español que tome medidas y reconozca la profunda injusticia que la subrogación inflige a los niños. Es alentador ver que un estado se toma en serio los derechos de niños y niñas, en lugar de ceder a los deseos de los adultos.

Dicho esto, la situación todavía plantea preocupaciones éticas. Idealmente, el marco legal debería reconocer la situación sin finalizar el proceso de subrogación. Por ejemplo, al padre o madre intencional no biológico se le podría otorgar un papel a través de la responsabilidad parental compartida, o un estatus legal similar al de un tutor, sin falsificar los orígenes del niño. El siguiente paso sería prohibir a los ciudadanos españoles ir al extranjero a comprar un niño.

https://www.eldiario.es/sociedad/nacio- ... 23898.html

Re: Gestada en un vientre de alquiler

Publicado: Junio 2, 2025, 1:51 pm
por Meris
Estoy de acuerdo con lo que dice, es una práctica inmoral y explotadora que debería desaparecer.

Re: Gestada en un vientre de alquiler

Publicado: Junio 7, 2025, 7:10 pm
por Kikoman
Compra de niños para satisfacer el capricho. Ya lo dijo Paris Hilton, que no quiso engordar ni pasar por todo lo que supone un embarazo y por eso optó por el vientre de alquiler. Así lo dijo, sin cortarse.