Re: El Supremo condena al Fiscal General del Estado
Publicado: Diciembre 9, 2025, 8:49 pm
Una sentencia con un par. Y 180 páginas
Menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda.
Se atribuye a Joseph Goebbels el principio propagandístico de que “una mentira, repetida mil veces, se convierte en verdad”. Por eso, y por cosas como esa, Goebbels pasó a la historia como el auténtico padre del “relato”. A partir de ahí, la ficción podía superar a la realidad, no solo en la apreciación intelectual de un argumento, sino en las consecuencias que se pudieran derivar del mismo. Eso ocurrió hace cerca de un siglo.
Ahora, la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo ha hecho algo que parece suponer que ciento ochenta páginas de sentencia pueden suplir la falta de pruebas para condenar a un fiscal general del Estado no deseado. Yo creo que sus señorías también deberían pasar a la historia. Entre otras cosas, por ser los primeros magistrados que han merecido que haya más de 70.000 personas que, con nombre y apellidos, han pedido su cese de esa Sala del TS. Porque “han hecho lo que podían hacer”.
Lo de justificar lo injustificable a base de tinta, y hacerlo tiempo después de haber tomado la decisión, es lo que les sitúa como ejemplares a destacar en las facultades de Derecho
Pero no solo por eso. Lo de justificar lo injustificable a base de tinta, y hacerlo tiempo después de haber tomado la decisión, es lo que les sitúa como ejemplares a destacar en las facultades de Derecho. Así como se retiran las camisetas de los grandes jugadores de baloncesto, se deberían retirar las togas de estos magistrados para reconocer sus méritos adecuadamente.
Porque, trabajar, lo que se dice trabajar, no cabe duda de que han trabajado. A pesar de sus obligaciones docentes, retribuidas por una de las acusaciones, como ya supimos, han tenido la capacidad y el tiempo suficiente para “relatar” abundantemente lo que ya tenían previsto hacer desde tiempo atrás.
Los permanentemente insatisfechos, los expertos buscadores de tres pies al gato, ahora empezarán a criticar esa obra maestra. Que si es objetable jurídicamente, que no hay pruebas directas del delito castigado, que si solo lo han justificado valorando simples indicios, que si esos indicios eran débiles, que si había dudas razonables suficientes para justificar una absolución. Nada de eso puede empañar un trabajo tan bien hecho como el de esa voluminosa sentencia. Porque lo bueno, si abundante, “cojonudo”, como diría Carlos Mazón.
Menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda
No tienen en cuenta esas críticas que el fiscal general mantuvo un contacto telefónico de cuatro segundos con un periodista y minusvaloran la capacidad de interlocución del Sr. García Ortiz y lo que es capaz de decir en ese tiempo. Ni tampoco la declaración de la fiscal de Madrid que, solo por el mero hecho de estar enemistada con su superior, no tiene por qué hacer una interpretación sesgada de algo que le dijo aquel.
Además, si no ha sido él, habrá sido otro, como muy acertadamente dice la propia sentencia.
Bueno, menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda.
https://www.nuevatribuna.es/articulo/ac ... 45099.html
El principio "In dubio pro reo" a la basura.
Menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda.
Se atribuye a Joseph Goebbels el principio propagandístico de que “una mentira, repetida mil veces, se convierte en verdad”. Por eso, y por cosas como esa, Goebbels pasó a la historia como el auténtico padre del “relato”. A partir de ahí, la ficción podía superar a la realidad, no solo en la apreciación intelectual de un argumento, sino en las consecuencias que se pudieran derivar del mismo. Eso ocurrió hace cerca de un siglo.
Ahora, la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo ha hecho algo que parece suponer que ciento ochenta páginas de sentencia pueden suplir la falta de pruebas para condenar a un fiscal general del Estado no deseado. Yo creo que sus señorías también deberían pasar a la historia. Entre otras cosas, por ser los primeros magistrados que han merecido que haya más de 70.000 personas que, con nombre y apellidos, han pedido su cese de esa Sala del TS. Porque “han hecho lo que podían hacer”.
Lo de justificar lo injustificable a base de tinta, y hacerlo tiempo después de haber tomado la decisión, es lo que les sitúa como ejemplares a destacar en las facultades de Derecho
Pero no solo por eso. Lo de justificar lo injustificable a base de tinta, y hacerlo tiempo después de haber tomado la decisión, es lo que les sitúa como ejemplares a destacar en las facultades de Derecho. Así como se retiran las camisetas de los grandes jugadores de baloncesto, se deberían retirar las togas de estos magistrados para reconocer sus méritos adecuadamente.
Porque, trabajar, lo que se dice trabajar, no cabe duda de que han trabajado. A pesar de sus obligaciones docentes, retribuidas por una de las acusaciones, como ya supimos, han tenido la capacidad y el tiempo suficiente para “relatar” abundantemente lo que ya tenían previsto hacer desde tiempo atrás.
Los permanentemente insatisfechos, los expertos buscadores de tres pies al gato, ahora empezarán a criticar esa obra maestra. Que si es objetable jurídicamente, que no hay pruebas directas del delito castigado, que si solo lo han justificado valorando simples indicios, que si esos indicios eran débiles, que si había dudas razonables suficientes para justificar una absolución. Nada de eso puede empañar un trabajo tan bien hecho como el de esa voluminosa sentencia. Porque lo bueno, si abundante, “cojonudo”, como diría Carlos Mazón.
Menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda
No tienen en cuenta esas críticas que el fiscal general mantuvo un contacto telefónico de cuatro segundos con un periodista y minusvaloran la capacidad de interlocución del Sr. García Ortiz y lo que es capaz de decir en ese tiempo. Ni tampoco la declaración de la fiscal de Madrid que, solo por el mero hecho de estar enemistada con su superior, no tiene por qué hacer una interpretación sesgada de algo que le dijo aquel.
Además, si no ha sido él, habrá sido otro, como muy acertadamente dice la propia sentencia.
Bueno, menos mal que estamos en un Estado de derecho y tenemos jueces que lo interpretan como Dios manda.
https://www.nuevatribuna.es/articulo/ac ... 45099.html
El principio "In dubio pro reo" a la basura.