Aunque no era su primer gesto de este tipo, pues Putintseva acostumbra a protagonizar enfados con jueces y aficionados de la grada, sí es su falta de respeto más sonada a una recogepelotas que simplemente se ceñía a realizar su trabajo. El público reconoció el desprecio de la kazaja y le brindó una pitada que posiblemente no olvidará jamás.